Después de tres meses de duras negociaciones, el domingo por fin se conoció el nombre del nuevo presidente de la Generalitat. El Barça felicitó a Carles Puigdemont con un tuit polémico en el que se refería a Cataluña como país, dejando entrever su apoyo a la independencia. Como era previsible, las respuestas a favor y en contra de este posicionamiento político del mes que un club de fútbol no tardaron en llegar. Muchos aficionados calificaban el tuit como vergonzoso y una falta de respeto a los barcelonistas no independentistas, pero sobre todo señalaban el error que supone mezclar la política y el fútbol.
Parece evidente que este posicionamiento a favor de la independencia de Cataluña afecta a la reputación online del Barça. Además de las respuestas negativas en el perfil oficial del club, la mayoría de los medios de comunicación han reproducido el tuit y dejado que sean los lectores quienes aviven la polémica con comentarios muchas veces fuera de tono. A pesar de las críticas, Bartomeu afirmó en la gala del Balón de Oro que en los estatutos del club se referían a Cataluña como país, así que ningún seguidor podía sentirse ofendido.
No es la primera vez que la reputación online del Barça se ve afectada: caso Neymar, imputaciones de varios jugadores por delito fiscal, irregularidades en la inscripción de menores… A lo que habría que sumar la incontinencia tuitera de algunos de sus jugadores. Gerard Piqué es un gran aficionado a alimentar polémicas dentro y fuera de las redes sociales. Hay que admitir que en algunas de las más “cono-cidas” demuestra que tiene chispa pero no ayudan a mejorar la imagen del club. Hace solo unos días el Barça se veía obligado a emitir un comunicado desligándose de las declaraciones de Dani Alves en contra de la prensa.
Dicen que cambiar de equipo de fútbol es más difícil que cambiar de orientación sexual o de religión, así que seguramente esta crisis de reputación online del Barça no afectará al número de aficionados ni a la venta de entradas o camisetas. Aún así, los clubes tendrían que fomentar un uso responsable de las redes sociales entre sus jugadores. No solo para salvaguardar su imagen pública, sino para servir de ejemplo a los niños para quienes los futbolistas son sus referentes.